Carnaval de Montánchez El carnaval de Montánchez es una de las fiestas más populares y representativas de Extremadura, cuya esencia se ha conservado a lo largo de los siglos. Ni el absolutismo del siglo XVIII, el reformismo liberal del XIX o el franquismo en el XX han conseguido suprimirla.
En un documento de 1836, se describe el ambiente de los días de carnaval, con bullicios que perturbaban la tranquilidad pública. Las Ordenanzas Municipales de 1906 prohibían ejecutar actos y usar expresiones que ofendieran cualquier religión, la moral o las costumbres. En los días de carnaval se permitía circular por las vías con disfraces que no representasen estado religioso o autoridad militar. Al entrar en los establecimientos públicos o por requerimiento de la autoridad, los disfrazados debían retirar sus máscaras. Las desgracias humanas tampoco impedían la celebración de esta fiesta, siendo un claro ejemplo el carnaval celebrado durante la gripe 1918, más animado y divertido que en años anteriores según muchos vecinos. Los días que duraba el carnaval, las máscaras tenían por costumbre recorrer las calles de la localidad, la Plaza Mayor, y por último desfilar hasta el castillo. Tabernas, bares, salones y casinos mantenían un ambiente festivo permanente. Sin embargo, lo más representativo de este carnaval siempre ha sido el ''jurramacho'', que más que ser un personaje es una manera de disfrazarse. Este deriva de una antigua costumbre de confeccionar disfraces, que ha pervivido hasta nuestros días, convirtiéndose en el símbolo del carnaval que se celebra en Montánchez. Cualquier persona puede ser jurramacho, ya que las prendas necesarias están al alcance de todos.
Lo que caracteriza a este es el intento de lograr la irreconocibilidad del disfrazado, como ser amorfo, tener un aspecto macabro o provocar la inversión de sexos. En el pasado, el disfraz se elaboraba con ropas diversas, ya en desuso. Un hombre podía vestir un refajo, mientras que la mujer usaba zahones. La careta se confeccionaba con un pañuelo o con una bufanda de lana que se utilizaba para envolver los famosos jamones serrados. Esta costumbre aún pervive en Montánchez. Cada año tiene lugar un concurso en el que se elige al mejor jurramacho, convirtiéndose el disfraz más original y menos reconocible en el ganador.
Este personaje crea un ambiente alegre, pues recorre sin cesar calles y establecimientos para burlar tanto a amigos como a desconocidos. Otros disfraces de carnaval se elaboran con materiales naturales, como vestidos con hojas de naranjos o agallas. En el pasado, se escenificaban parodias, como la del "labrador", en la cual dos hombres tiraban del arado; o "la vaquilla", en la que un hombre disfrazado de toro y una mujer de torera se encontraban rodeados por un grupo de jóvenes que perfilaban la plaza. Otras parodias destacadas eran "el "aguador", "la siembra", "la vejez", "las bodas" o "chacha con niños". Las "estudiantinas" consistía en que grupos de chicos y chicas con trajes idénticos recorrían la localidad de barrio en barrio, cantando coplillas ya antiguas, lo cual se sigue haciendo en la actualidad. Este carnaval se celebra 40 días antes de Semana Santa, y el Domingo de carnaval hay un gran Desfile de Carrozas por las calles del pueblo.
Información e imágenes de:
http://espanafascinante.com/fiestas/el-carnaval-de-montanchez/ -
http://www.alextur.net/Senderos/numero6/jurramacho/jurramacho.html
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