EL Carnaval de Cádiz es mundialmente conocido, sobre todo por su concurso de agrupaciones carnavalescas. Pero su extensión es mas amplia que el concurso. De hecho la historia del Carnaval de Cádiz es en su origen inseparable de la religión. Son famosas las batallas entre Don Carnal y Doña Cuaresma narradas por el Arcipreste de Hita. Pero Cádiz también tiene su clérigo y su historia. Según las actas sinodales de finales del siglo XVI, había un clérigo que aprovechaba las fiestas de Carnaval para ir de casa en casa, bailando, tocando y cantando y aprovechaba este pretexto para verse con una viuda. Cuando las relaciones son conocidas, provocan tal escándalo que llego a oídos del obispado, que interviene y reprende a nuestro clérigo. Y es por ello que se levanta este acta sinodal, y de donde se desprenden los orígenes del carnaval de Cádiz
El origen del Carnaval se remonta las : fiestas en honor del dios Baco, las saturnales: en honor del dios Saturno y las lupercales: en honor del dios Pan, celebraciones en la antigua Grecia y en la Roma clásica.
Julio Caro Baroja, uno de los más clásicos estudiosos del Carnaval, lo define como "un hijo del cristianismo". Todos sabemos que el Carnaval se celebra previamente a la Cuaresma, es el fin de semana anterior al Miércoles de Ceniza.
El Carnaval Gaditano toma peculiaridades del italiano, debido a la influencia fundamentalmente genovesa que nuestra ciudad.
Los antifaces, las caretas, las jeringas de agua, los caramelos arrojados confetis - papelillos), son muchos de los tantos elementos que asimilamos del Carnaval italiano. Al igual que los bailes de Carnaval,, siendo el acto social más importante de las celebraciones, sobre todo en el siglo XVIII.
El disfraz: Es el elemento fundamental del Carnaval
El disfraz invierte el orden de las cosas,En definitiva, da rienda suelta a la fantasía y a la libertad.
El Ayuntamiento no reconocía el Carnaval como una fiesta propia hasta que en el año 1861 el alcalde Don Juan Valverde propone que sea el Cabildo el encargado de la organización del Carnaval, para lo que se solicita que en el presupuesto de 1862 se previeran los gastos del Carnaval. Podemos decir que es cuando se comienza a tener un Carnaval "reglamentado".
El controlar y reglamentar tuvo consecuencias beneficiosas: Programación de actos, de bailes, de fuegos de artificios, música, comparsas, etc.
La Comparsa: Con un origen posiblemente espontáneo; hechos por grupo de amigos se reunía para cantar, preparando un repertorio y ensayándolo. Estos músicos vocales que cantan repertorios propios y de marcado carácter gaditano se irán convirtiendo paulatinamente en uno de los ejes del Carnaval de Cádiz, sin olvidar los bailes de máscaras y sobre todo la calle como elemento primordial.
Las Agrupaciones carnavalescas se desarrollan integrando en sus coplas todos los elementos que hoy perduran: chascarrillo, crítica política, satírica social, etc.
En 1884 el alcalde Eduardo J. Genovés ordena una mayor vigilancia en las calles e impone que todas las Comparsas y Estudiantinas que quieran recorrer la población deberían de proveerse de la correspondiente licencia municipal. Incluso se establecerá la censura previa: cada agrupación debía presentar una instancia dirigida al alcalde indicando nombre, apellidos y direcciones de los componentes, haciéndose responsable el director de la agrupación y un representante. Junto a la instancia se presentaban dos copias de los repertorios que se pensaban cantar por las calles y que en ningún caso deberían atentar contra la moral pública. Revisadas las letras, el Ayuntamiento guardaba una copia y devolvía la otra con su sello, dando el visto bueno al repertorio. La copia sellada debía llevarla el director de la Agrupación y exhibirla ante cualquier autoridad que la requiriese. Pese a tan reglamentada burocracia, raro era el año que alguna agrupación no terminaba en la prevención del Piojito
En el año 1937, por decreto, el Jefe del Estado, General Franco, abolió el Carnaval, desapareciendo en casi todas las poblaciones españolas. Sin embargo, en Cádiz permaneció latente en el sentir del pueblo. Y en las tiendas de vinos y en los colmados gaditanos de la posguerra no faltaban en el mes de febrero grupos de nostálgicos que se reunían para rememorar y cantar viejas coplas carnavalescas.
Julio Caro Baroja, uno de los más clásicos estudiosos del Carnaval, lo define como "un hijo del cristianismo". Todos sabemos que el Carnaval se celebra previamente a la Cuaresma, es el fin de semana anterior al Miércoles de Ceniza.
El Carnaval Gaditano toma peculiaridades del italiano, debido a la influencia fundamentalmente genovesa que nuestra ciudad.
Los antifaces, las caretas, las jeringas de agua, los caramelos arrojados confetis - papelillos), son muchos de los tantos elementos que asimilamos del Carnaval italiano. Al igual que los bailes de Carnaval,, siendo el acto social más importante de las celebraciones, sobre todo en el siglo XVIII.
El disfraz: Es el elemento fundamental del Carnaval
El disfraz invierte el orden de las cosas,En definitiva, da rienda suelta a la fantasía y a la libertad.
El Ayuntamiento no reconocía el Carnaval como una fiesta propia hasta que en el año 1861 el alcalde Don Juan Valverde propone que sea el Cabildo el encargado de la organización del Carnaval, para lo que se solicita que en el presupuesto de 1862 se previeran los gastos del Carnaval. Podemos decir que es cuando se comienza a tener un Carnaval "reglamentado".
El controlar y reglamentar tuvo consecuencias beneficiosas: Programación de actos, de bailes, de fuegos de artificios, música, comparsas, etc.
La Comparsa: Con un origen posiblemente espontáneo; hechos por grupo de amigos se reunía para cantar, preparando un repertorio y ensayándolo. Estos músicos vocales que cantan repertorios propios y de marcado carácter gaditano se irán convirtiendo paulatinamente en uno de los ejes del Carnaval de Cádiz, sin olvidar los bailes de máscaras y sobre todo la calle como elemento primordial.
Las Agrupaciones carnavalescas se desarrollan integrando en sus coplas todos los elementos que hoy perduran: chascarrillo, crítica política, satírica social, etc.
En 1884 el alcalde Eduardo J. Genovés ordena una mayor vigilancia en las calles e impone que todas las Comparsas y Estudiantinas que quieran recorrer la población deberían de proveerse de la correspondiente licencia municipal. Incluso se establecerá la censura previa: cada agrupación debía presentar una instancia dirigida al alcalde indicando nombre, apellidos y direcciones de los componentes, haciéndose responsable el director de la agrupación y un representante. Junto a la instancia se presentaban dos copias de los repertorios que se pensaban cantar por las calles y que en ningún caso deberían atentar contra la moral pública. Revisadas las letras, el Ayuntamiento guardaba una copia y devolvía la otra con su sello, dando el visto bueno al repertorio. La copia sellada debía llevarla el director de la Agrupación y exhibirla ante cualquier autoridad que la requiriese. Pese a tan reglamentada burocracia, raro era el año que alguna agrupación no terminaba en la prevención del Piojito
En el año 1937, por decreto, el Jefe del Estado, General Franco, abolió el Carnaval, desapareciendo en casi todas las poblaciones españolas. Sin embargo, en Cádiz permaneció latente en el sentir del pueblo. Y en las tiendas de vinos y en los colmados gaditanos de la posguerra no faltaban en el mes de febrero grupos de nostálgicos que se reunían para rememorar y cantar viejas coplas carnavalescas.
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